Gilberto Morelos: desplegaré todas mis habilidades y capacidades por Morelia

El empresario moreliano asegura estar preparado y tener lo que se necesita para servir a Morelia.

Foto: Cortesía.

Jorge Manzo / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Gilberto Morelos Favela es moreliano, hombre de valores morales y familiares arraigados. Ama su ciudad y su estado. Es un empresario que se ha mantenido en constante preparación académica. Es administrador de empresas por la Universidad Latina de América, y tiene una maestría en Gestión Pública por la Universidad Complutense, así como estudios formales en gobierno y administración pública. También cuenta con posgrado en Altos Estudios Internacionales en la Sociedad de Estudios Internacionales de Madrid, además de otros estudios en la Universidad de Santiago de Compostela en Galicia, España; y en la University of Manitoba en Winnipeg, Canadá.

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Fundó la asociación civil Juventud Futura AC, en donde se apoya a la formación y el desarrollo de los jóvenes. Con esta experiencia, y con el liderazgo empresarial que ha acumulado por sus encomiendas dentro del Consejo Económico y Social, la Canaco, los consejos de la Ciudad y Turístico, así como en los consejos de Seguridad Pública de Morelia y del Estado, y actualmente en la Canirac, “los morelianos pueden tener la certidumbre que desplegaré todas mis habilidades y capacidades, para trabajar con la sociedad y la iniciativa privada en atender y resolver los problemas que han confinado a Morelia a una posición secundaria en el plano nacional”.

Sus sueños

“De niño quise alcanzar las estrellas. Jugué a ser superhéroe, y me encantaban (y aún) los juegos electrónicos, donde me escabullía en busca de retos y respuestas. Pero recuerdo que también me preguntaba por el misterio de la vida y de la muerte, por la temperatura del sol, la luz de la luna, por la profundidad del mar, y sobre el origen y destino de música. Lo que más cautivaba mi mente y mi corazón era el color. ¿Por qué el cielo es azul? ¿De qué color es un pensamiento? ¿Cuánto pesa un rayo de luz? ¿Las palabras tienen un color determinado? En fin… cosas de niños, que aún ahora resuenan en mi mente, y en mi corazón, sin duda”.

Durante la charla dice: “soy moreliano. ¡Muy moreliano!, debo aclarar. Soy el hijo mayor de Gilberto y Adriana, mis padres. En mi sangre fluye la misma energía y sangre que el genial militar don José María Morelos y Pavón. Pero mi sangre es también una increíble mezcla genética, de la que es prácticamente imposible evadirse. Por eso llevo con orgullo la información genética de todos mis ancestros. ¡Y es genial!”. Afirma que con los años ha aprendido la importancia del trabajo, la solidaridad, la amistad, el emprendimiento, y las complejidades y satisfacciones que brindan ser creador y administrar una empresa.

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“De niño, con uno de mis hermanos, descubrí el valor esencial del trabajo, y la increíble fuerza de la remuneración económica. En la empresa llantera familiar, muchas tardes en días hábiles, sábados y vacaciones, los pasamos allí, entre llantas, aceite, grasa automotriz, hule, autos, máquinas, equipos, trabajadores, clientes, y ruido. Y en la empresa constructora de mi abuelo materno, Amadeo, convivimos con las herramientas, equipos y grandes máquinas usadas para construir caminos, y con los trabajadores que las operaban. Con pleno orgullo, lo sé: provengo de familias de empresarios; mis abuelos fueron empresarios, y mis padres son empresarios. Todos, personas de trabajo, emprendedores y responsables. Mis hermanos y yo, conocimos el trabajo y nos pagaban.Así aprendí a valorar el dinero, producto del esfuerzo y el trabajo, justamente”, menciona Morelos, quien también es enfático: reconozco la importancia de la familia, la sabiduría de las y los abuelos, el arte, la música, la pintura, la lectura. Confieso que soy un lector voraz y consistente, y me encanta aprender del ejemplo de grandes personajes de la política internacional”.

“Con esa historia personal de mi infancia, puedo decir que, ahora, soy un hombre de valores morales y familiares perfectamente arraigados. Amo mi ciudad, mi estado y mi México. Tuve el privilegio de estudiar en el extranjero en alguna parte de mi vida, y de realizar viajes en misiones comerciales. Y puedo confirmar que, en la lejanía, se llena uno de emoción y de felicidad al decir… - ¡Soy mexicano!”, dice.

México, en camino de construir

“En efecto: soy moreliano, soy michoacano, soy mexicano. Y como tal, no puedo dejar de mirar y de sentir. Hoy siento que México está en el camino de construir un destino. Un destino de solidaridad social, de emprendimiento, de libre pensamiento y expresión; de respeto a nuestros derechos humanos; de empoderamiento ciudadano; de crecimiento económico bajo la base de un modelo de desarrollo sostenible y sustentable. Un México que es el mismo, pero es otro, también”.

“Y una Morelia, donde la modernidad se entrelace con la tradición, para ser ella misma: una ciudad de valores, de emprendimiento, de ahorro, de productividad, y de vigorosa creatividad, todo ello para responder a las exigencias de un mundo veloz, moderno, y altamente competitivo y tecnológico”.

“Soy un convencido que el destino de México y Morelia, está por definirse aún. Y es nuestra responsabilidad -la de los hombres y mujeres de estas generaciones, y de las generaciones del pasado inmediato-, trabajar en ese sentido.  En esa perspectiva, desde muy joven, desde mi época de estudiante, me preparé para ser un agente de cambio social, y construir mi historia”.

Actualmente preside el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología, AC (COMCE Michoacán); y ha estado al frente de diversas vicepresidencias en el Consejo Coordinador Empresarial.