Las plantas forman parte de la salud mental y emocional de las personas: entérate cómo cuidar de las dos

El cuidado de las plantas radica en, primero, identificarlas para saber los tratamientos básicos que tienen que tener para su mantenimiento, como el riego, la luz y temperatura.

Jesús Monteagudo (izda) y Pancho Doren (dcha), fundadores de Casa Protea al cuidado de sus plantas. Foto: Miriam Núñez.

EFE / La Voz de Michoacán

Jesús Monteagudo es un artista plástico que gestionaba una galería en Santiago de Chile antes de decidirse a abrir la tienda-taller ‘Casa Protea’ junto a Pancho Doren, arquitecto y profesor universitario chileno. Ambos explican a Efe cómo cuidar las plantas para que formen parte de nuestra salud mental y emocional. 

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Jesús y Pancho han escrito un libro donde han querido aunar sus experiencias y ofrecer a los aficionados a las plantas el verdadero amor que hay que tener con ellas para que la vida que nos ofrecen no se apague.

“’Me quiere, no me quiere. Guía para no matar tus plantas ni de amor ni de pena’ es un libro introductorio y básico en el que se resumen las características de las distintas familias de plantas y los cuidados que requieren en el interior de nuestra casa, para que puedan vivir con alegría y dar alegría a sus moradores”, asegura Monteagudo.


UN PEQUEÑO VERGEL COMO TALLER

Los autores de esta obra de consejos son, además, los fundadores de ‘Casa Protea’, situado en el  barrio de Gracia de Barcelona (España) y donde se puede experimentar la sensación de estar en un pequeño pero frondoso vergel.

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La ‘Casa Protea’ no es solo una tienda al uso, es también un taller donde los amantes de las plantas pueden compartir conocimientos y experiencias, aunque en este tiempo de pandemia sus dueños han tenido que paralizar sus actividades.

“Ahora, debido a las condiciones sanitarias, hemos dejado apartados los talleres, pero nos siguen escribiendo para hacernos consultas. Pensábamos que el periodo de confinamiento iba a durar entre dos o tres semanas, pero al ver que se alargaba decidimos abrir una tienda online (www.casaprotea.com) para atender a aquellas personas que requieren nuestros consejos o desean comprar alguna planta, y la idea nos ha funcionado bastante bien”, indica Monteagudo.

Vista general de la tienda-taller Casa Protea. Foto: Miriam Núñez.

Los inconvenientes derivados de las medidas sanitarias dejaron sin sentido el verdadero objetivo de estas actividades. “Los talleres siempre los hemos contemplado como un momento de relajación, de distensión y disfrute, pero con las mascarillas y las distancias que hay que respetar no nos apetece mucho todavía volver a organizar nada”, argumenta Monteagudo, aunque también confiesa que esperan volver a abrir pronto.


“TODA LA BELLEZA QUE NACE DE LA TIERRA”

“Casa Protea, un nuevo punto de encuentro para todos los que aman el verde, la naturaleza, las flores y toda la belleza que nace en la tierra”, reza su página web de Casa Protea.

“Es un lugar para quedarse un rato y disfrutar del ambiente verde que inunda el local, a falta de un bosque al que ir a retirarse a vivir como hizo Thoreau en el área del lago Walden”, señala Jesús.

Henry David Thoreau, (Concord, Massachusetts, Estados Unidos, 1817-1862) es considerado en la actualidad como el padre de ecologismo. Agrimensor, naturalista y fabricante de lápices, fue también uno de los fundadores de la literatura estadounidense y en la actualidad mantiene miles de seguidores incondicionales.

Plantas de Casa Protea rodean el libro de Jesús Monteagudo y Pancho Doren, "Me quiere, no me quiere". Foto: Miriam Núñez.

‘Walden’ es el título de la obra más conocida y valorada de Thoreau. En ella describe su estancia de dos años, dos meses y dos días en una cabaña construida por él mismo al lado del lago de Walden, cerca de la ciudad de Concord, y convertida en la actualidad en centro de interpretación y peregrinaje de aficionados a la ecología, entre los que se encuentran Jesús y Pancho.


AMOR O PENA HACIA LAS PLANTAS

Para Pancho, “llamar amor o pena en el trato que puedan recibir las plantas son palabras que se refieren a la pena que sería librarte de ellas y, el amor, al cuidado excesivo que tiende a asociarse con un exceso de riego, ya que las estadísticas muestran que el 80% de las plantas mueren por exceso de agua”.

Lo que aconseja  Monteagudo es identificar las plantas para saber los tratamientos básicos que tienen que tener para su mantenimiento como son el riego, la luz y la temperatura.

Diversas plantas de interior en la tienda-taller Casa Protea. Foto: Miriam Núñez.

Para los fundadores de Casa Protea, “todas las plantas son de exterior. La categoría ‘planta de interior' es una invención humana con el deseo de llevar la naturaleza a nuestros hogares o conservarla en jardines botánicos”. Pero Pancho asegura que “vivir con plantas es indiscutiblemente mejor que vivir sin ellas”.

En el libro se especifican algunas de las familias de plantas para facilitar su identificación y, de esta forma, darles el tratamiento que requieren. Las plantas de interior se dividen en suculentas, tropicales, plantas de aire y plantas caudiciformes  y, cada tipo, tiene su propia forma de ser tratado, que se concretan en “Me quiere, no me quiere”.

Pancho limpia las hojas de una de las plantas de Casa Protea para su manutención. Foto: Miriam Núñez.

Los consejos generales que ofrecen Jesús y Pancho para el crecimiento de una planta “depende en gran medida de cuánto espacio tenga para desarrollar sus raíces. Algunas pueden tolerar pasar años en el mismo tiesto, pero todas, en algún momento, necesitarán una casa nueva y más grande porque, en caso contrario, se detendrá o limitará su crecimiento”.


UNA LABOR DE COMPOSICIÓN Y DISEÑO

Otra de las tareas a la que se dedican los propietarios de Protea es la de “estudiar los espacios que se desea llenar, para poder ofrecer las plantas que mejor funcionen, siempre con un fondo de diseño, e intentar encontrar el complemento de la maceta”, subraya Pancho.

“Al final -continúa el florista- es como tener plantas bonitas pero, en cuanto le pones un contenedor que le siente bien, queda cinco veces más bonita que con una maceta de plástico”.

Pancho pasea por el Museo Orto Botánico de Roma. Foto: Miriam Núñez.

Según los consejos de Jesús y Pancho, “la mejor época para trasplantar es la primavera, aunque también podemos esperar a finales de verano o inicios de otoño. Se aconseja no hacerlo nunca en invierno o en pleno verano (países de latitud norte). En invierno, la gran mayoría de las plantas entran en estado de reposo y no muestran demasiados signos de crecimiento”.

Y las plantas que tienen más opciones para vivir mayor tiempo son las que se encuentran dentro del territorio donde se pretenden plantar, que “son las que tienen casi todo el mundo”.

Pero en Protea, además de las plantas autóctonas del litoral mediterráneo y de su interior, también se pueden encontrar de otros tipos como “plantas de origen americano, africano o asiático. Pero, entre un 80 o 90% de las que tenemos son cultivadas en territorio nacional, porque se adaptan mejor a las condiciones de un lugar cercano”, concluyen Jesús y Pancho.

Pancho introduce en un recipiente de cristal una planta de la begonia bipinnatifida, de aspecto extraño con hojas muy pinnadas y que llega a tener una altura de entre 20 y 30 centímetros. Foto: Miriam Núñez.