Agroquímicos han devastado suelos y enfermado a trabajadores, por lo que Michoacán abatirá su uso

El uso de sustancias dañinas, como los glifosatos no solo ha sido dañino para la tierra, también ha afectado la salud de trabajadores del campo.

Foto: Cortesía.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Con base en la necesidad de erradicar el uso de glifosatos y agroquímicos que han aniquilado a los suelos michoacanos en las últimas décadas, a partir de este 2022 se contará con las primeras 25 fábricas de biofertilizante, fungicidas orgánicos y la capacidad de formar a los agricultores para que puedan producir sus propios insumos de origen biológico.

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En voz de Cuauhtémoc Ramírez Romero, titular de la Secretaría de Agricultura Desarrollo Rural (Sader), el objetivo es claro: cumplir con la agenda de eliminar el uso de los glifosatos antes del próximo 2024, tal como marca la agenda ambiental nacional, además de que son productos que han estado relacionados con graves padecimientos humanos.

El primer caso de éxito ya se llevó a cabo en el municipio de Coahuayana. En donde se cambió el uso de las avionetas cargadas de distintos químicos que provocaron cáncer a diestra y siniestra por el uso de un fungicida de origen orgánico que ya demostró resultados desde la primera aplicación.

Estamos atendiendo un problema serio de salud por el cáncer que tenía el uso de agroquímicos que cada semana estaban aplicando… aplicaciones al cultivo del plátano y bañando a los trabajadores del campo y luego teníamos casos de cáncer”, destacó Cuauhtémoc Ramírez.

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“Ya hicimos la primera aplicación de fungicida biológico y desde el primer día controló; se está generando entusiasmo con los ecologistas, los productores y en este mes se arranca la primera biofábrica para producción de fungicidas orgánicos a partir de una cepa de microrganismos benéficos”, refirió el funcionario estatal.

La región productora de plátano es una de las más afectadas por el uso indiscriminado de los agroquímicos a través de fertilizantes, herbicidas, fungicidas y bactericidas empleados para mantener “en buenas condiciones” a los millones de platanares que forman parte de la cadena productiva de la región limítrofe con Colima.

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En voz de Ramírez Romero, el caso de Coahuayana será la punta de lanza para atender la problemática de la contaminación química originada por el sector primario, mucha de la cual incluso –y desgraciadamente- es irreversible.

En cuanto a la numeraria de apoyos de Agrosano, programa orientado a aportar insumos al campo con un espectro biológico amigable con el medioambiente, destacó el titular de la Sader que se entregaron mil 255 toneladas de fertilizantes químicos, mientras que en contra parte se estarán entregando aproximadamente 20 mil toneladas de composta orgánica con alto valor nutrimental para los suelos.

Algo que el presidente planteó es que en México no habrá glifosato a partir del 2024 y el Conacyt está buscando alternativas, ya estamos con las primeras pruebas en campo”

Cuauhtémoc Ramírez Romero, titular de Sader

Refrió que están trabajando con extractos de plantas que controlan las yerbas en los cultivos “y ya hacemos las primeras pruebas de manera de que el próximo año ya tengamos un herbicida orgánico en el que los mismos productores lo elaboren y será algo de impacto muy importante”.

“Estamos reproduciendo microrganismos benéficos para la nutrición que se combinan como composta”, concluyó el funcionario estatal.


Suelos de Michoacán, erosionados 

Desde el 2021 se advirtió sobre la condición de degradación arraigada en el suelo de todas las regiones del estado. Valoraciones permitieron vaticinar una condición de afectación en la mitad de los suelos de cultivo del estado, lo que limita tanto la producción como la calidad de los propios productos.

El profesor e investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, Gerardo Noriega Altamirano, identificó en Michoacán que el 59 por ciento de los suelos es moderadamente ácido, mientras que el 30 por ciento califican como neutros y los alcalinos alcanzan el 7 por ciento. En el 49 por ciento de los suelos debe incorporarse materia orgánica; el 39 por ciento tienen una capacidad de intercambio catiónico media, estos factores en la producción representan una amenaza para la seguridad alimentaria de la entidad, agregó.

Los factores señalados limitan la producción de alimentos y los servicios ambientales que generan los suelos, por ello se elaboró un plan de cultivo que se ha aplicado a cultivos como maíz, lenteja, zarzamora, fresa, jitomate, limón mexicano, mango, guayaba y otras especies cultivadas.