La Casa del Jabonero | En el reino de la imaginación

Políticos que ya se imaginan en puestos de mejor sueldo; el INE es de todos, no de AMLO; enroque de rucos en la SCT, narcopoder y generación de cristal, lo de esta semana

Jorge A. Amaral

Intro: a la hora que esta columna se sube a la red, otra balacera en Michoacán, ahora Tepalcatepec.

Llama la atención la irresponsabilidad de muchos políticos, sobre todo aquellos que quieren escalar posiciones ahora que se vienen las elecciones. Primeramente, el alcalde de Pátzcuaro, Víctor Báez, quien apenas hace unos días hasta lanzó un video en redes sociales para invitar a la gente a visitar el Pueblo Mágico. Claro que la intención del acalde era, en primera instancia, reactivar la economía de un municipio que en gran medida vive del turismo. Pero ahora, ¿qué podrá decir el alcalde a toda la gente a la que el mismo impulsó a reiniciar actividades cuando él mismo ha sido diagnosticado con COVID-19?

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Ahora mejor que se ocupe, primero, de su salud y la de su municipio, antes de retomar la carrera por la gubernatura de Michoacán, porque a eso obedece su alta exposición mediática, con el plus que le da presidir uno de los municipios más importantes del estado.

Pero es que luego hay cada caso, como la presidenta municipal de Copándaro, que ya también se subió al tren en busca de mejores puestos y hasta ha manejado, boletines de por medio, que ya figura en encuestas para encabezar al que dice que es su partido, Morena, en la contienda por el codiciadísimo Solio de Ocampo.

Con medianía en recursos debido al impacto financiero que tuvo su renuncia al partido del gobernador, siendo además un municipio pequeño, sin peso político, es complicado que la coordinadora de los alcaldes morenistas se pueda subir a la contienda, a menos, claro está, que tenga un excelente padrino. Cuando leí que ya figuraba en encuestas, me di a la tarea de ver en qué encuestas aparecía y no vi ninguna, a menos que haya sido algún ejercicio pagado por ella misma al interior del municipio, y aun así dudo que figure. Pero bueno, todos necesitamos conservar un poco de esa capacidad para imaginar cosas.

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El INE es de todos y no es de nadie

Por fin se nombró a los 4 miembros que le faltaban al Consejo General del Instituto Nacional Electoral. Lo mejor de todo es que, al parecer, no son personajes allegados a la Cuarta Transformación, como lo quería el insufrible de John Ackerman, sino que se trata de personajes con experiencia en la materia y que no son allegados al gobierno federal, al menos no políticamente.

La elección, aunque se sabe que al presidente le molestó por no tratarse posibles alfiles suyos, fue validada por la segunda fuerza en la Cámara de Diputados, el PAN, esto quiere decir que si el partido en el poder dice que todo fue transparente y sin partidismo, y el partido más fuerte la oposición lo suscribe, puede que sea cierto.

En el sentido de las manecillas del reloj: Carla Humphrey, Norma Irene Cruz, Uuc-Kib Espadas y Martín Fernando Faz.

Esto es importante porque en manos de Carla Humphrey, Norma Irene de la Cruz Magaña, Uuc-kib Espadas Ancona y José Martín Faz estarán los comicios del año próximo y de 2024, y al INE le toca garantizar que no se vuelva a caer en la práctica de las elecciones de Estado.

Al instituto, y no al presidente, le toca ser el guardián de la democracia en este país, a menos que diga AMLO como con las aduanas y puertos, que mejor las controle el Ejército, y en virtud de ello termine militarizando las elecciones.

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Otro que abandona el barco

La renuncia del hoy exsecretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, sólo es consecuencia de los desacuerdos entre el presidente y el hoy exfuncionario, desencuentros que tienen su origen en la excesiva confianza que el mandatario tiene en las Fuerzas Armadas: tienen encomendada una parte de la construcción del Tren Maya, tienen a su cargo la edificación del otro proyecto faraónico, el aeropuerto de Santa Lucía.

Pero además, recientemente, el presidente quitó el control a la SCT de las aduanas y puertos para entregarlo en su totalidad a las Fuerzas Armadas, como si eso fuera garantía de legalidad y seguridad, pues recordemos que Manzanillo, principal punto de acceso de precursores químicos y mayor punto de embarque de droga del CJNG, ha estado bajo el mando de marinos: en 2016, el contralmirante Alejandro Miranda llegó a suplantar al vicealmirante Jorge Rubén Bustos.

Bueno, durante la gestión de Alejandro Miranda, la violencia se disparó en torno al puerto de Manzanillo, lo que a su vez hizo que el estado de Colima, habiendo sido una de las entidades más seguras del país, se volviera una de las más violentas por las pugnas que el CJNG sostiene con los de Sinaloa por el control del puerto.

Lo mismo sucedió en Lázaro Cárdenas, cuando la Administración Portuaria Integral quedó bajo el mando del almirante Jorge Luis Cruz Ballado. No dejó de ser uno de los puntos más violentos del estado, al estar en disputa entre varias organizaciones criminales.

Entonces es de entenderse la postura de Jiménez Espriú: siendo quien es, con una destacada carrera como ingeniero, habiendo encabezado grandes proyectos y obras, ahora, con todo y ser secretario de Estado, pasar a ser empleado de las Fuerzas Armadas, es incluso subestimar no sólo a él, sino a todo el personal de una dependencia que ha sido clave en el desarrollo de la infraestructura del país.

Y vamos más allá: encomendar al Ejército los proyectos faraónicos del presidente y otras tareas contraviene a la Constitución, que en su artículo 129 dice claramente: “En tiempo de paz ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá comandancias militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del gobierno de la Unión o en los campamentos cuarteles o depósitos que fuera de las poblaciones estableciere para la estación de tropas”.

Claro que actualmente también es constitucional el apoyo de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad, para evitar incursión de criminales que ponen riesgo a la ciudadanía, como una amenaza interna, pero de ahí a que el Ejército y la Marina se hagan cargo de todo y reemplacen a las dependencias civiles, es un desatino del presidente, porque el Ejército puede vigilar la ruta de un tren, pero no construirlo, y menos administrarlo; la Marina puede vigilar las aguas nacionales, cuidar los puertos y apoyar al personal aduanal, pero no va a desempeñar las funciones de la SCT o de la Secretaría de Hacienda.

Suficiente carga tienen el Ejército y la Marina ante los grupos delictivos, ahora que es constitucional por mandato del presidente, campo para todavía cuidar los intereses del mandatario o vigilar las manos de los funcionarios aduanales. Mejor, que se les trace la agenda a los legisladores del partido en el poder para que se impulse un andamiaje jurídico más estricto con aquellos que incurran en actos de corrupción, que haya más candados que impidan las corruptelas en las aduanas, antes de entregar esas instancias a la autoridad castrense.

Porque con este exceso se atribuciones a las Fuerzas Armadas, lo único que está haciendo López Obrador es militarizar al país, o al menos pareciera que para allá va, como si el Ejército y la Marina fueran ejemplos de gran probidad moral y libres de actos de corrupción. Sobre todo, el ejército.

Dinero y poder, los hay

En torno a los videos del CJNG que se difundieron, en los que el cártel mostraba músculo mediante armamiento y vehículos blindados, David E. Spencer, doctor de la Brigham Young University, señala que los videos fueron hechos para impresionar a quienes no saben de cuestiones castrenses, como la conformación de compañías militares, armamento que se utiliza, etcétera, pero manda un mensaje claro a las autoridades, ciudadanía y grupos rivales: hay poder de fuego.

El especialista dice algo interesante: aunque ese grupo del video podría verse superado por uno militar, hay que considerar una cosa: es sólo el Grupo Élite del cártel del Mencho, sólo 80 hombres del capo, pero el grupo delictivo tiene el dinero para equipar a más de sus miembros, y tiene la capacidad para reclutar a más integrantes.

Aunque es un video promocional, ese grupo de pistoleros no es todo el cártel, es apenas la punta de un iceberg que bien podría hacer tambalear al estado, y si no hundirlo, sí diezmarlo más de lo que ya está; herirlo mediante la corrupción o bien usando la fuerza, que sabemos que la tienen.

Postdata: cuarentón pero contento

La reciente polémica que envolvió a Molotov, cuando alguien en redes sociales se preguntaba qué hubiera pasado si “¿Dónde jugarán las niñas?” (1997) hubiera salido en la actualidad, pone en evidencia algo lamentable: la fragilidad emocional de muchas personas jóvenes, de esa generación que ha sido llamada “de cristal”, que censura lo que no les gusta simplemente porque no les agrada.

El disco fue en su momento un parteaguas para muchos jóvenes y adolescentes que ya estábamos lejos de grupos como Caifanes, que requeríamos música con la cual echar desmadre, sí, pero que fuera crítica con el gobierno y el establishment, y canciones como “Que no te haga bobo Jacobo”, “Puto” o “Gimme the power”, al lado de temas como “Chinga tu madre” y “Voto latino”, lo hicieron, a la par del disco “Mucho barato”, de Control Machete.

Quizá no sean la voz de toda una generación, pero sin duda han dejado una huella que los lamentos de “les chiques” no podrán borrar. Palabra de adolescente noventero. Es cuánto.